El cabo costero donde encontramos Piombino es un almacén de historia donde las piedras de la antigua ciudad etrusca y romana de Populonia,-a apenas 10 km- nos podrían contar muchas vicisitudes. Populonia fue una de las ciudades etruscas más importantes, favorecida por la protección de la bahía de Baratti, y centro de difusión comercial de la elaboración de hierro de la vecina isla de Elba.
Dominada por los pisanos hasta 1.399, posteriormente fue señorío y principado de la dinastía Appiani hasta su fin, pasando de familia en familia hasta que entró dentro del Gran Ducado de Toscana.
El perímetro de las murallas -en parte atribuido a Leonardo da Vinci- nos delimita las dimensiones urbanísticas de la ciudad antigua, con las fortificaciones custodiando el centro de Piombino. El castillo, fortaleza de los Medici absorbió el espacio del precedente «Cassero pisano», fue puerta de Piombino al este, y hoy es el museo de la ciudad.
La costa de la Maremma.
La Ciudadela del siglo XV fue una de las últimas acciones de Jacobo III Appiani, comandada por el arquitecto de Florencia Andrea Guardi, formando un edificio apto para la corte, y que reúne el museo arqueológico o la capilla de la Madonna di Cittadella-
En plaza Verdi el Torrione (s. XIII), conocido también como el torreón de Sant’Antonio, es el edificio civil más antiguo, que se completó con la construcción del Rivellino -(s. XV), un refuerzo semicircular concebido para defender la ciudad de la artillería.
Nos acercamos al mar y llegamos a la Marina y Il porticciolo. El pequeño puerto funcionaba como polo social, y por ello no es casual que Nicola Pisano eligiera en 1.247 esta parte de la ciudad para colocar las Fonti di Marina, un conjunto de cinco fuentes con cabezas de animales, del que sólo quedan cuatro.
Encima del puerto está la Piazzeta del Mare, con el Palazzo Appiani, que fue construido por Gherardo Appiani con los beneficios de la venta de la Señoría de Pisa a Giangaleazzo Visconti, señor de Milán, para construir esta residencia de retiro. Si andamos unos pasos por el brazo panorámico que se adentra en el mar, entramos en Piazza Bovio, con la foto ante nuestros ojos de las islas de Giglio y Capraia.
Hoy el puerto pesquero se ha quedado diminuto frente al actual, o a la marina de Salivoli, puerto náutico donde atracan yates y embarcaciones de recreo.
Camino a Elba.
Y es que desde Piombino parten los ferries que nos transportan hasta la vecina isla de Elba, con los puertos de Portoferraio y Río Marina, pero también con Cerdeña y Córcega, siendo uno de los puertos más importantes del la costa del Tirreno italiana.
Excursiones desde Piombino
En el territorio contiguo a Piombino se puede visitar además de la Isla de Elba, el parque arqueológico de Baratti y Populonia, con un espacio de más de 80 hectáreas organizado con senderos y recorridos que conectan las áreas de interés histórico, conservadas en un paraje natural libre de contaminación.
Justo antes de la red de caminos que nos llevan a Populonia podemos pararnos en Punta Falcone, el cabo que sirve de punto panorámico para mirar el archipiélago toscano, y donde aún encontramos reminiscencias de la Gran Guerra, con las baterías de artillería naval que velaban por el tránsito del canal de Piombino que separa Elba del continente.
Las playas se funden con el paisaje de interior, convirtiéndose súbitamente en campos ricos donde crecen viñedos que riegan la gastronomía marinera de la Toscana costera.
Calamoresca es uno de esos arenales, a apenas unos km de Piombino, y puerta de entrada al espacio que conecta mediante itinerarios de Trekking con las ruinas de Populonia. Las calas de Fosso alle Canne, Buca delle Fate, Baratti y Pozzino se suman a la invitación a bañarse cuando el calor del verano se hace duro en el interior de la región.
Saliendo desde Piombino hacia Grosseto siguiendo la carretera de la costa que forma el Golfo de Follonica discurrimos por áreas naturales protegidas donde numerosas especies de aves como halcones, o flamencos rosas encuentran un ecosistema de marismas que funciona como un oasis. Algunas de ellas son el Orti Bottagone o el Parco della Sterpaia con sus dunas y el bosque húmedo junto al mar, ejemplo de como era toda la franja costera de los humedales de la Maremma.