Montalcino

Montalcino, la patria del Brunello, uno de los vinos tintos más afamado en Italia está enclavada en el corazón de la Toscana, entre Siena y Grosseto. Ciudad etrusca en sus orígenes, fue libre hasta que Siena la incluyó en su órbita en 1260, construyendo su castillo.

Vista de Montalcino con el castillo
Vista de Montalcino con el castillo

Montalcino, de villa amurallada a ciudad del vino Brunello.

Como es habitual en Toscana, Montalcino creció en una colina, fortificando con sus muros la ciudad. Su aspecto y trazado medieval tiene en la Fortezza (también conocida como la Rocca) su máximo exponente. Este bastión fue el último reducto de la República de Siena, cuya ciudad ya cayó en el 1555, provocando una huida hacia Montalcino de 650 familias que resistieron hasta 1559. Actualmente es la sede de variados eventos gastronómicos de la región.

En el centro del burgo, el Palazzo dei Priori (siglo XIII-XIV) preside la plaza principal, Piazza del Popolo, con su elegante torre sustentada en el estrecho edificio. A su lado il Cappellone, la logia porticada gótica del siglo XIV. Si continuamos por la Via Costa del Municipio alcanzamos la Piazza Garibaldi, donde está la iglesia de base románica de San Egidio, pero reconvertida en estilo gótico.

Torre del Palazzo dei Priori
Torre del Palazzo dei Priori

Retrocediendo un poco para tomar via Bandi encontraremos la iglesia de San Agostino, con su rosetón de mármol claro. A su izquierda el Museo civico de Montalcino ubicado en el antiguo convento de San Agostino, reúne valiosas piezas del arte senese, de autores como Ambrogio Lorenzetti, Girolamo de Benvenuto, Bartolo di Fredi o Sano di Pietro, además de numerosas esculturas de madera como el crucifijo de Giambologna.

Prosiguiendo por via Spagni está el Duomo, de estilo neoclásico tiene apenas dos siglos, puesto que fue construido entre 1818 y 1832 sobre la iglesia de San Salvatore.

Una ruta circular por las murallas nos permite ir encontrando las puertas de entrada a la ciudad, coquetas y muy fotogénicas, como las de Gattoli, Cerbaia o Burelli.

El vino Brunello

Venir a Montalcino y no degustar su vino Brunello o no mostrarse interesado en conocer su elaboración es como ir a Dublín y no visitar la fábrica de la cerveza Guinness, o como ir a Escocia y no hacer la ruta de las destilerías; ergo…un pecado.

El famoso Brunello de Montalcino
El famoso Brunello de Montalcino

Y es que Montalcino, célebre por sus vinos hasta el siglo XV, lo fue más cuando en 1888 Ferruccio Bondi Santi se empeña en lograr un vino excleso. Hoy en día es el Consorzio del vino Brunello de Montalcino quién tutela la producción. A partir de cosechas que pasan al menos cinco años en barriles de roble, se generan Brunellos de excelente calidad. Si permanecen menos de este periodo son conocidos como Rosso di Montalcino.

Una de las actividades habituales es la visita a las bodegas, entre las que tenemos algunas como Ciacci Piccolomini d’ Aragona, Il Cocco, Altesino, Agricola Poggio Rubino o Poggio Antico que llevan a cabo catas y rutas por sus viñedos.

Excursiones desde Montalcino

Mapa de los monumentos de Montalcino
Mapa de los monumentos de Montalcino

A las afueras de Montalcino encontramos la abadía benedictina de de San Antimo, inconfundible con su color claro inmerso en pleno verdor de la campiña toscana, fundada en el siglo VIII según la leyenda por Carlo Magno.